Los Me divierte se alternan en una red social. Varían según los perfiles y medios, son la muestra de que un ‘bando’ se recogija viendo al otro perder y enojarse. Así se alienta una disputa sin sentido.
Ha pasado apenas lo equivalente a una jornada laboral ordinaria y aún me parece increíble (porque no lo creo y porque es más de lo que esperaba) que por primera vez en tanto tiempo la mayoría haya rechazado el accionar de un gobierno en las urnas.
Se lo vendió como una consulta popular y referéndum (aunque la mayoría de votantes no supiera la diferencia), pero fue eso, un ejercicio de aprobación y, en este caso, rechazo a la administración ejecutiva en Ecuador.
Voté No en las cuatro preguntas que nos plantearon este 16 de noviembre. Pero sé que muchos, algunos incluso muy cercanos a mí, escogieron la otra opción. Convencidos, como yo, de que era la mejor alternativa.
Durante casi tres décadas nos hemos venido polarizando. Cada vez más. Entrar en las redes sociales es como ingresar en un terreno fangoso, donde tienes que protegerte para no ensuciarte o contaminarte.
Por eso, esta noche disfruto, con Cerati instrumental de fondo, mientras escribo. Pero sé que en pocos minutos la polarización seguirá ahí, con la cotidianidad a la que nos hemos (mal) acostumbrado.
Eso me frena antes de ponerle Me divierte a una opinión contraria. Porque burlarme de alguien que piensa distinto sé que es algo que no me gustaría que me hicieran, sino que debatieran, con altura y argumentos, con empatía.
Suena tan fácil de pedir, pero en los tiempos que vivimos, es un lujo. Sin embargo, creo que ponerlo en práctica es el primer gran paso. ¿Qué pasaría si la opción contraria hubiera ganado? ¿Me gustaría que se burlen de mí porque ‘perdí’? No lo creo.
Por eso elijo respetar, aunque no comparta. Tal vez esta noche pudo ser distinta, con un panorama sombrío, así como se siente el 40 % de votantes, cuya opción fue rechazada.
Así es, se rechazó una opción, no a las personas. Si no construimos juntos, aceptando nuestras diferencias, no habrá ley, norma, instrumento, que nos ayude a mejorar como individuos y sociedad.
No Me divierte la burla y el descrédito. Aunque parezca una simpleza, creo que no burlarme de otros en redes, solo porque ‘perdieron’, ya es algo importante. Siento que construyo.
Si alguien coincide conmigo en el diálogo, así no comparta mis creencias, sentiré que habrá valido la pena respetar. Porque hacerlo implica respetarme primero. Y eso sí que Me divierte.